Solo un Momento...

Solo un Momento...
Momentos de tristeza siempre habra pero la felicidad siempre hay que atesorarla

martes, 11 de diciembre de 2012

Capitulo 7 - Un Simple Te Amo


El día de hoy íbamos a tener dos presentaciones una en la mañana y otra en
la noche, era temprano, me estaba preparando para la presentación, después de
terminar de arreglarme me fui al camerino de Luis, cuando me acerque se
escucharon dos voces, una de mujer y otra era la voz de Luis

-ay Alejandro, hubiera llegado a los otros conciertos pero no pude, tenía
trabajo

-no te preocupes

-y Alejandro, me vas a dedicar una canción hoy

-sí, claro, ¿Cuál te gustaría?

-no sé, cual sea con tal que me la toques tu. Entre al camerino y la
sorpresa que me lleve, fue que la mujer era…Ana Julia, era la chica que había
querido ser la novia de Alejandro durante todo el colegio, nunca me había
llevado muy bien con ella.

-¿Ana Julia?, le acabas de llamar ¿Alejandro? Señale a Luis

-pues sí, así se llama, creo que estas muy feliz de haber vuelto a
encontrar a Alejandro… ¡tu gran amigo! ¿Verdad?

-¿Qué?, mi amigo Alejandro. Mire a Luis

-espera Camila, déjame explicarte

-explicarme que, el hecho de que me has estado engañando todo este tiempo,
¿Por qué nunca me lo dijiste? ¿Por qué? Te enseñe las fotos del colegio, y
jamás me dijiste nada, tuviste muchas oportunidades para decírmelo, nunca me
dijiste nada, solo te callaste, por eso nunca me dejaste ver tus fotos, jamás
volveré a creer en ti ¡jamás! Las lagrimas se empezaron a desbordar por mis
mejillas, no daba crédito a esto, Salí corriendo de ahí, no podía permanecer
mas ahí, corrí hasta que llegue a la playa, estaba sola, así me sentía, llore
como hace mucho que no lo hacía, quería estar con Nicholas, mi mejor amigo,
quería que él estuviera conmigo, quería que él me consolara, quería llorar
junto a él, pero no, estaba sola, completamente sola, ¿Por qué, porque, Luis o
Alejandro me había hecho esto? ¿Por qué nunca me dijo la verdad? ¿Por qué? Si
tan solo me lo hubiera explicado, creo que lo de la apuesta si era cierto, por
eso nunca trato de explicármelo, por eso, me sentía mal, quería morir. Cuando
me calme, llame al programador y le dije que en la presentación de la noche y
la de esta mañana yo no iba a estar.

No podía creer que la persona que tanto confiaba me había mentido. Me
sentía tan sola, que para no sentirlo, me fui al centro comercial a caminar
entre la gente, caminando en medio de aquellas personas, muchos caminaban muy
deprisa que se hacía sentir desorientada, no sabía a dónde iba pero tampoco me
importaba, en momentos se me figuraba el rostro de Luis frente a mí, y los
momentos felices que habíamos pasados juntos, las lagrimas automáticamente
aparecían, eran lagrimas de dolor, alguna vez había escuchado, que las lagrimas
son la sangre del alma, así me sentía, como si mi alma se hubiera roto, para
nunca jamás volverse a reponer, ¿Por qué tenía que ser él, el que me engañara?,
¿Por qué?, todo era tan injusto, la vida era injusta. Camine sin rumbo por
horas sin un lugar a donde dirigirme, me canse y fui a sentarme en el parque,
después de treinta minutos de estar ahí, alguien apareció delante de mí, no tenía
ni ganas de levantar la cabeza, pero lo hice

-hola… ¿Qué tienes? ¿Qué te ha pasado?

-no nada. Las lágrimas volvieron a aparecer, siempre me traicionaban, al
igual que la voz que se me quebró en la última palabra

-bueno, las lagrimas no aparecen así por nada. Aparecieron mas lagrimas, Jesús
se sentó a mi lado y me abrazo, entendía que yo no quería hablar de lo
ocurrido, solo me abrazo, y no dijo nada. No sé porque llore frente a una
persona que apenas había conocido, que es como si llevaba toda la vida de
conocerlo en vez de conocerlo solo apenas unas semanas

Ese día no le conté nada, pero sentía como si le debía una explicación de
lo que había pasado por ayudarme en cierto modo a no sentirme sola, por ser una
gran compañía cuando más lo necesitaba, todavía recuerdo las palabras que me
dije, en cierto modo duras ,pero ciertas:

-si él en verdad jamás te hubiera querido lastimar te habría dicho la
verdad, aunque te doliera, hubiera tratado de explicarte, pero eso solo
demuestra que el estaba jugando contigo, tal vez me equivoque, pero eso es lo
que pienso

Jesús estaba casi en todo momento conmigo ya que le había pedido que
estuviera pegado a mí para que Luis no se me acercara, no tenias ganas de
hablar con él, aunque sabía que Luis jamás se daría por vencido, siempre
trataba de buscar una manera de hablar, antes de hablar con él quería aclarar
lo que yo sentía, y eso no sabía cuánto tiempo me llevaría, pero después Luis
ya no me buscaba, creo que era lo mejor, se alejo de mi, así como yo de él,
solo nos hablábamos para tratar asuntos del concierto, pero siempre con otras
personas, jamás solos.

Un día yo estaba caminando por el teatro, cuando se escucho un fuerte
ruido que venía del techo, me fije en el techo y acto seguido una el tubo del telón
se desplomo, me quede en shock y sentí que mi cuerpo no respondía a lo que le
indicaba, quería moverme, de repente todo paso tan rápido, cuando me di cuenta
yo estaba en el suelo, y no me había pasado nada:

-¿estas bien? Era Jesús

-si, ¿Cómo…? ¿Cómo lo hiciste? ¿Que paso?

-bueno, yo iba entrando, cuando escuche el estruendo, te vi parada ahí, y
vi que alguien ahí arriba soltaba los tubos del telón

-¿Qué? ¿Quién?

-no se solo lo vi que traía un suéter color celeste y pantalón de
mezclilla y es lo único que vi

Mas personas que habían escuchado el estruendo se acercaron al teatro, me
preguntaron tantas veces si estaba bien, a las cuales yo respondí que si.

En el medio día me sentía aburrida, anduve por el hotel, venia revisando
algunos papeles que me había mandado Nicholas quería que los revisara, el
viento soplo y los papeles se me esparcieron por toda la estancia, me arrodille
a recogerlos, de la nada apareció una mano, sorprendida, voltee a comprobar a
ver quién era y era Luis, me miro a los ojos con interrogación, si quería
decirme algo, tendría que esperar hasta yo estuviera preparada, pero cuando me
levante, vi el vestía, un suéter celeste y pantalón de mezclilla, cuando lo vi,
me asuste, me aleje lo más posible, cuanto estuve lejos de me repetí tantas
veces que él no podía ser el que haya provocado el accidente, no, no podía ser,
el nunca haría algo así, no, no. En la tarde me encontré con Jesús después de
que me platicara lo que había hecho en el día,

-sabes… hace rato me tope con Luis, lo más extraño era que él estaba
vestido, tal y como tu viste a la persona que había arrojado el tubo del telón

-bueno...tal vez sea el

-no, no creo él nunca haría una cosa así, nunca

-si, pero hablando de las circunstancias…ponte a pensar, después de lo
sucedido…lo que tú te enteraste de que él es Alejandro, solo te estuvo  siguiendo unos días para poder explicarte y
después ya no intento hablarte

-si pero puede que haya entendido que necesito tiempo

-si, bueno puede ser posible, pero que tal que no… a lo mejor trata de
mantenerte callada de esta forma para que no lo divulgues en la prensa, que él
es un mentiroso, trata como de mantenerte amenazada, pero a lo mejor y me
equivoco, pero es lo que pienso, mira es muy extraño que el este muy
“tranquilo” en este tiempo que no haya intentado hablar contigo de nuevo

-pero… si eso es cierto el va a volver a tratar de hacerme algo, pero sigo
pensando que él no es así, lo conozco

-creías conocerlo, te engaño, nunca te dijo que él era Alejandro, si él o
cualquier otra persona trata de hacerte daño, yo de ahora en adelante, te
protegeré

No sé porque me haya dicho eso, si apenas le conocía el no tendría que
tener alguna obligación conmigo. Días después volvió a pasar lo mismo, pero
esta vez fue en el hotel, iba camino a afuera, cuando un objeto pesado, la
verdad no supe que era, cayó casi encima de mí, pero cuando vi hacia las
habitaciones, vi que la ventana de la habitación de Luis estaba abierta,
trataba de que pensar que me había equivocado, de que él no había hecho eso,
todo era solo un mal sueño, el no podía ser así, lo conocía, bueno…creía
conocerlo, esa noche Nicholas hablo por teléfono

-que bueno que llamas, te extraño mucho ¿sabes? Le dije

-es que eh tenido mucho trabajo, casi no tengo tiempo, tengo un montón de
cosas que platicarte,  que contarte…
¿Cómo están las cosa por allá?

-bien

-ese bien no me sonó muy bien, ya dime ¿Qué tienes? ¿Que te pasa?, te
conozco bien y esa voz no me gusta, estas triste ¿verdad?

-no si estoy muy bien

- ándale ya dime que te pasa, si no voy a dar por sentado que ya no soy tu
amigo, que no me tienes la suficiente confianza como para contarme lo que te
pasa. Le contaba todo lo que había sucedido de lo que Luis era Alejandro y de
los “accidentes” que me habían estado sucediendo, Nicholas me dijo

-sabes, yo no creo que Luis o Alejandro sea así, debe haber tenido una
razón para  no decirte la verdad, y eso
de los accidentes, también creo que él no los está haciendo, sé que es una
buena persona, confía en él y trata de escucharlo, a lo mejor el te quiso dar
tu espacio, por eso ya no te hablo, para no presionarte, con el asunto, pero él
es una buena persona

-si eso es lo que yo creo, pero las situaciones lo culpan a el

-tal vez las situaciones están mal. Esa conversación me había dado mucho
en que pensar, no podía dejar de pensar en lo que me había dicho, Jesús y
Nicholas, ambos estaban en lo correcto, pero no sabía cuál era la verdad,
sentía que me volvía loca, ya no podía mas, quería creer que lo que decía
Nicholas fuera verdad, no quería creer que Luis me haya hecho daño.

Los días pasaron todos estábamos entados en la gran sala, unos jugando en
la mesa, otros leyendo, conversando, yo estaba sentada leyendo un libro, que me
había traído Jesús, el estaba a mi lado leyendo otro, hasta que Luis se levanto

-ya no aguanto más. Dijo, acto seguido, me tomo del brazo y me hizo
levantarme, tirando el libro al suelo, puse resistencia

-suéltame

-no, no te voy a soltar hasta que vengas conmigo

-no quiero ir contigo a ningún lado. Me seguía sujetando el brazo, me
tomaba con fuerza pero no lo suficiente como para hacerme daño

-por favor ven conmigo. Me suplico

-ella te dijo que no quiere ir contigo, suéltala. Jesús se había levantado
y trataba de quitar la mano de Luis de mi brazo

-tu quítate, no te metas

-no, no me voy a quitar, no vaya a ser que la trates de agredir de nuevo

-¿Qué? ¿De nuevo?, yo jamás la agrediría

-¿así? Y que pasó con lo del telón y la cosa es que salió de tu
habitación, y el hecho de que ya no le volviste a hablar, eso te culpa de eso

-al parecer tu y Ana Julia se conocen muy bien, los escuche hablando la
otra vez, y las cosas que hicieron, me di cuenta que se habían puesto de
acuerdo en todo eso, por eso Ana Julia me había insistido ese día que el color
me favorecía, si claro todo estaba planeado, y el hecho de que tu aparecías en
el momento preciso

-nadie te creerá.

-¿así? Luis saco una grabadora, en donde se escuchaba toda la conversación

-¿Qué? Jesús ¿Por qué?

--¿Por qué? Es que acaso no te das cuenta de que yo te amo, por eso lo
hice, no me gustaba verte con el

-ya no los quiero escuchar los dos son unos mentirosos, mentirosos, ¿Por
qué me hacen esto? ¿Por qué? Salí corriendo, ¿Por qué?, primero Luis después Jesús,
todos me engañaban, ¿Qué? Me creían tan estúpida, que jamás me daría cuenta de
nada, por eso Jesús se empeñaba en decir que Luis era malo, todos me engañaban,
ya no volvería  confiar en nadie,
necesitaba a Nicholas, era en la única persona que confiaba, él era el único,
el sabia como eran las personas había acertado en que Luis jamás haría algo así,
lo necesitaba tanto, otra vez tenía esa sensación de estar completamente sola,
era cierto, estaba sola.

Ahora los días…pasaban lentamente, como si quisieran quedarse parados para
siempre vivía cada día, como si no vivía realmente, solo hacia mi trabajo y ya.

En las ocasiones en las cuales me cruce con Luis lo salude normalmente, en
cierto modo estaba agradecida de que el no fuera el que había provocado los
accidentes, los últimos días me había sentido muy cansada, como si no durmiera
mucho, pero a decir verdad casi no podía dormir, la cual esa podía ser la causa
de que estuviera my cansada. Nicholas regreso en las semanas siguientes, había
platicado por neos cuantas horas con él, todo lo que había pasado, el no era un
hombre realmente agresivo, pero se enojo demasiado cuando le dije lo que había
hecho Jesús, pero como no quería seguir platicando de lo mismo le hice
preguntas sobre su viaje, lo que había hecho, me pregunto varias veces que si
me estaba aburriendo, pero le dije que no, seguramente debió de haber pensado
eso, porque me vio varias veces levantándome, pero la verdad  me dolía la espalda. Lo había echado tanto de
menos que lo abrace, lo extrañaba como nunca, generalmente, desde que nos
hicimos amigos él y yo andábamos juntos para todas partes, y también más cuando
se convirtió en mi representante.

Capitulo 6                                                                                            Capitulo 8

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